Hace unos años se me había dado por el feisku (neologismo resultante de la contracción facebook-haiku), vaya a saber por qué. Y si bien cargaban con cierta pretensión "literaria", algunos estaban buenos, como éste que acabo de recordar:
A veces quisiera ofrecer mi cráneo a las fauces de un rottweiler
que lo trituraría indolente.
PD: lo malo del haiku es que cualquier preámbulo siempre será más largo que el haiku en sí.
|